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La conexión boca-cuerpo: Cómo las bacterias de las encías pueden afectar a su corazón y a su salud

Permítame que le haga una pregunta. ¿Y si te dijera que el secreto de un corazón más sano, un cerebro más agudo y un cuerpo más fuerte podría estar escondido en tu boca? Suena extraño, lo sé. Pero la ciencia es clara. Las encías son una puerta de entrada a todo el cuerpo. Las bacterias que viven en ellas no siempre se quedan en el mismo sitio. Este artículo te mostrará el sorprendente vínculo que existe entre la salud de tu boca y la salud de todo tu cuerpo. Es un mensaje que ojalá hubiera aprendido hace años y al que debes prestar atención.

Resumen del artículo

    • ¿Ha ignorado alguna vez un poco de rosa en el fregadero?
    • ¿Qué es realmente la enfermedad de las encías?
    • ¿Cómo llegan las bacterias bucales a la sangre?
    • La gran pregunta: ¿Pueden las enfermedades de las encías dañar realmente mi corazón?
    • ¿Cuáles son los otros peligros secretos de mis encías?
    • ¿Mis hábitos diarios empeoran las cosas?
    • ¿Qué ocurre si ignoro esto durante demasiado tiempo?
    • ¿Cómo puedo cambiar las cosas a mejor y proteger mi salud?
    • ¿Por qué acudir al dentista es mi mejor inversión?
    • ¿Y si ya tengo los dientes dañados?

¿Ha ignorado alguna vez un poco de rosa en el fregadero?

Recuerdo una época en la que me cepillaba los dientes y veía un poco de color rosa al escupir. Pensaba: "Me habré cepillado demasiado fuerte". No parecía gran cosa. Mucha gente piensa así. Lo vemos como algo normal. Pero permíteme ser perfectamente claro: tus encías nunca deberían sangrar. Jamás. Ese color rosado en el lavabo no es señal de cepillarse demasiado fuerte. Es una señal de advertencia de tu cuerpo.

Piense en ello como si fuera el testigo "check engine" del salpicadero de su coche. Puedes ignorarla durante un tiempo. El coche sigue funcionando, ¿verdad? Pero sabe que ignorarla podría provocar un problema mucho mayor y más caro más adelante. El sangrado de las encías es la luz del motor de tu cuerpo. Es el primer signo de un problema llamado gingivitis, que es el comienzo de la enfermedad de las encías. Está empezando un problema. La buena noticia es que, en esta fase inicial, aún puedes solucionarlo. Pero tienes que actuar.

No se trata de asustarte. Se trata de ayudarte a tomar las riendas. Aprendí esta lección por las malas tras una charla muy sincera con mi dentista. Me dijo que ignorar mis encías era como dejar la puerta de casa abierta de par en par a los ladrones. Los "ladrones" en este caso eran bacterias malas. Y no sólo estaban robando cosas de mi boca; se estaban preparando para viajar por todo mi cuerpo. Aquella charla lo cambió todo para mí.

¿Qué es realmente la enfermedad de las encías?

Veamos qué es realmente la enfermedad de las encías. No es tan difícil de entender como parece. Se presenta en dos fases principales. La primera etapa se llama gingivitis. Esta es la luz de "check engine" de la que hablaba. La causa es la placa, una película pegajosa de bacterias que se acumula en los dientes. Si no la eliminas correctamente con el cepillado y el hilo dental, esta placa molesta a tus encías. Se enrojecen, se hinchan y sangran con facilidad. Lo bueno de la gingivitis es que puede solucionarse completamente con un buen cuidado bucal y una limpieza profesional.

Pero si ignoras la gingivitis, puede convertirse en algo mucho peor: la periodontitis. Ésta es la segunda fase, la más grave. En la periodontitis, la inflamación y el dolor son tan intensos que las encías empiezan a separarse de los dientes. Esto crea pequeñas bolsas. Estas bolsas son el hogar perfecto para que crezcan aún más bacterias. Ya no se trata sólo de un pequeño incendio. Ahora el fuego está quemando la estructura de la casa.

Una vez que se tiene periodontitis, el sistema de defensa del cuerpo trabaja demasiado para combatir la infección. La propia lucha y los venenos de las bacterias empiezan a destruir el hueso y el tejido que mantienen los dientes en su sitio. Esto es grave. No tiene arreglo. Puede provocar la caída de los dientes y, al final, su pérdida. Es una enfermedad que a menudo no se siente. Puede que no sientas dolor hasta que esté muy avanzada. Por eso ese poquito de color rosa en el lavabo es una advertencia tan importante.

¿Cómo llegan las bacterias bucales a la sangre?

Aquí es donde la historia se pone realmente interesante. ¿Cómo puede algo que está en tu boca afectar a tu corazón o a tus pulmones? Se trata de tener una vía de entrada. Tu boca está llena de vasos sanguíneos. Tiene que estarlo para mantener sanas las encías y los dientes. Piensa que tus encías son los guardias de seguridad de tu sangre. Cuando las encías están sanas y apretadas contra los dientes, la puerta está cerrada. No pasa nada.

Pero cuando se padece una enfermedad de las encías, éstas están inflamadas, doloridas y sangran. No están sanas. Esos guardias de seguridad están enfermos, y la puerta está rota y abierta de par en par. Las bacterias que viven en esas bolsas profundas alrededor de los dientes ven una oportunidad. Pueden colarse a través de las encías dañadas y llegar hasta los diminutos vasos sanguíneos.

Una vez en la sangre, es como si se hubieran subido a una superautopista. Pueden viajar a cualquier lugar donde fluya tu sangre. Y tu sangre fluye por todas partes. Va al corazón, al cerebro, a los pulmones, a las articulaciones. Estas bacterias son como pequeños alborotadores que propagan la inflamación y el dolor allá donde van. No deberían estar ahí, y tu cuerpo lo sabe.

La gran pregunta: ¿Pueden las enfermedades de las encías dañar realmente mi corazón?

Sí. Por supuesto. Durante años, los médicos pensaron que esta relación era fruto de la casualidad. Las personas con mala dentadura solían tener otros malos hábitos, como fumar o una dieta inadecuada. Pero ahora sabemos que no es así. Un estudio tras otro ha demostrado que existe una clara relación entre la periodontitis y las enfermedades cardiacas. Ya no es una suposición. Es un hecho.

El principal problema es la inflamación, es decir, la hinchazón y el dolor. Las bacterias que se escapan de tu boca -especialmente un tipo malo llamado Porphyromonas gingivalis-causan una gran reacción del sistema de defensa de tu cuerpo. Esto crea un estado de dolor duradero y de bajo nivel en todo el cuerpo. Imagina una olla de agua que siempre está hirviendo a fuego lento justo por debajo del punto de ebullición. Eso es lo que ocurre dentro de tus arterias.

Este dolor constante puede dañar las sensibles paredes internas de los vasos sanguíneos, una enfermedad denominada aterosclerosis. Las paredes arteriales se vuelven pegajosas. Esto permite que el colesterol y otras grasas se acumulen y formen grumos llamados placas. Estas placas pueden estrechar las arterias y dificultar el flujo sanguíneo. Si una de estas placas se desprende, puede formar un coágulo que provoque un infarto de miocardio o un ictus. Es una idea aterradora. Y todo puede empezar por no usar hilo dental.

¿Cuáles son los otros peligros secretos de mis encías?

El corazón no es la única parte del cuerpo en peligro. No se trata de un solo problema. El dolor y las bacterias pueden causar problemas en todo el cuerpo. Es como un efecto dominó. Una vez que una cosa va mal, puede derribar toda una serie de otros sistemas sanos.

Veamos la diabetes, por ejemplo. En este caso, la relación es recíproca. Las enfermedades de las encías dificultan el control del azúcar en sangre. El dolor constante hace que el cuerpo responda menos a la insulina. Al mismo tiempo, si padeces diabetes, tienes más probabilidades de sufrir una enfermedad de las encías, ya que un nivel elevado de azúcar en sangre crea un lugar perfecto para que crezcan las bacterias. Es un círculo vicioso que se repite una y otra vez.

Pero hay más. Las bacterias pueden viajar a los pulmones y causar problemas respiratorios como la neumonía, sobre todo en personas mayores. Existen fuertes conexiones entre la enfermedad de las encías y la artritis reumatoide, una enfermedad en la que el cuerpo ataca sus propias articulaciones. Y algunas de las investigaciones más recientes y aterradoras están encontrando una relación entre las bacterias de las encías y la enfermedad de Alzheimer. Los científicos han encontrado las mismas bacterias que causan la enfermedad de las encías en el cerebro de pacientes con Alzheimer. La idea de que proteger las encías puede ayudar a proteger la mente es una poderosa razón para tomárselo en serio.

¿Mis hábitos diarios empeoran las cosas?

Es fácil culpar de todo a las bacterias, pero nuestros propios hábitos desempeñan un papel muy importante. Puede que estés empeorando el problema sin saberlo. ¿El error más común? No usar hilo dental. El cepillado sólo limpia aproximadamente 60% de la superficie de los dientes. Las 40% restantes se encuentran entre los dientes. Si no usas hilo dental, estás dejando un festín para las bacterias todos los días. Es como lavar sólo la mitad de los platos.

Otro error frecuente es cepillarse los dientes con prisas. La mayoría de la gente se cepilla los dientes durante menos de un minuto. Deberías cepillarte los dientes durante dos minutos, dos veces al día. Hay que dar tiempo al cepillo para que haga su trabajo y elimine toda esa placa pegajosa. Otro problema es utilizar un cepillo desgastado. Debes sustituirlo cada tres o cuatro meses, o antes si las cerdas están sucias.

Además de tus hábitos en el baño, la forma en que vives importa mucho. Fumar es una de las peores cosas que puedes hacer por tus encías. Debilita el sistema de defensa del organismo y dificulta la curación de las encías. Una dieta con mucho azúcar y alimentos procesados también alimenta las bacterias malas de la boca. Le estás dando al enemigo el combustible exacto que necesita para fortalecerse. La buena noticia es que tú controlas todas estas cosas. Puedes cambiar estos hábitos desde ahora mismo.

¿Qué ocurre si ignoro esto durante demasiado tiempo?

Seamos directos. Ignorar este problema no hará que desaparezca. Sólo empeorará. El problema del que he estado hablando conduce a un resultado muy real y malo. Si deja que la periodontitis no se trate, perderá dientes. No es una cuestión de "si", sino de "cuándo". El hueso que sostiene los dientes en la mandíbula desaparecerá literalmente. Sus dientes se aflojarán y finalmente se caerán o tendrán que ser extraídos.

La pérdida de dientes afecta a la capacidad de masticar correctamente los alimentos, lo que puede hacer que no se obtengan los nutrientes adecuados. Afecta a tu aspecto y a cómo te sientes contigo mismo. Y su reparación es costosa. No querrás encontrarte en la difícil situación de tener que recurrir a un dentista de alto nivel. laboratorio dental de implantes para sustituir los dientes que ha perdido. Un implante es una solución fantástica, pero detener el problema desde el principio es mucho mejor y más barato.

Y eso sólo en la boca. Ya hemos hablado de los riesgos para todo tu cuerpo. Estás aumentando el riesgo de sufrir un infarto de miocardio, un derrame cerebral, diabetes y otros problemas de salud graves. El coste de ignorar el sangrado de encías no es sólo una factura dental. Podría afectar a su calidad de vida. Podría ser su propia vida. Hay que ocuparse de este problema.

¿Cómo puedo cambiar las cosas a mejor y proteger mi salud?

Vale, esa era la parte que daba miedo. Ahora viene la solución. Y es más fácil de lo que crees. Tienes mucho poder para detener la enfermedad de las encías y proteger tu cuerpo. No necesitas aparatos extravagantes ni tratamientos caros. Sólo tienes que seguir unos sencillos pasos. Aquí es donde recuperas el control.

En primer lugar, utiliza el método de cepillado adecuado. Utiliza un cepillo de cerdas suaves y pasta dentífrica con flúor. Sujeta el cepillo en un ángulo de 45 grados respecto a las encías y utiliza movimientos suaves y cortos. Asegúrate de cepillar las superficies externas, internas y masticatorias de todos los dientes. Y recuerda: dos minutos completos, dos veces al día. Programa un temporizador en tu teléfono si es necesario.

En segundo lugar, debes usar hilo dental. Todos los días. Lo sé, lo sé, a nadie le gusta usar hilo dental. Pero tienes que hacerlo. Es la única forma de limpiar los espacios entre los dientes donde se acumula la placa. Enrolla unos 45 cm de hilo dental alrededor de tus dedos corazón y usa los dedos índice para guiarlo. Deslízalo suavemente entre los dientes y cúrvalo en forma de C contra cada diente. Deslízalo arriba y abajo varias veces. No lo rompas. Con cuidado. Si te resulta difícil utilizar un hilo dental normal, prueba a usar palillos de hilo o un hilo dental de agua. Haz algo.

¿Por qué acudir al dentista es mi mejor inversión?

Tus hábitos diarios son la primera forma de protegerte. Pero también necesitas la ayuda de un experto. Visitar al dentista y al higienista dental para revisiones y limpiezas periódicas es una de las mejores inversiones que puedes hacer en tu salud. No es un gasto. Es una inversión que tiene grandes recompensas para su salud.

Por muy bien que te cepilles los dientes y utilices el hilo dental, no puedes eliminarlo todo. La placa que permanece en los dientes el tiempo suficiente se endurece y se convierte en sarro, también llamado cálculo. Y una vez que se forma el sarro, sólo una limpieza profesional puede eliminarlo. Tu higienista dispone de herramientas especiales para eliminar el sarro de forma segura por encima y por debajo de la línea de las encías. Esto es algo que no se puede hacer en casa.

Su dentista también puede detectar problemas que usted no puede ver ni sentir. Puede medir las bolsas alrededor de los dientes para ver si tiene periodontitis. Puede tomar radiografías para comprobar si hay pérdida ósea. La detección precoz de los problemas facilita y abarata su tratamiento. Los gabinetes dentales modernos son increíbles. Pueden utilizar herramientas avanzadas de un laboratorio dental digital para obtener una imagen perfecta en 3D de su boca y planificar su tratamiento con gran precisión. No esperes a sentir dolor. Para entonces, el daño suele ser muy grave.

¿Y si ya tengo los dientes dañados?

Quizá esté leyendo esto y piense: "Es demasiado tarde para mí. El daño ya está hecho". Quiero decirte que nunca es demasiado tarde para mejorar tu situación. Aunque te falten dientes o los tengas dañados, la odontología moderna ofrece soluciones increíbles que pueden arreglar tu sonrisa, tu salud y tu confianza.

Si un diente está muy cariado o roto, una corona puede salvarlo. Es como un casco que cubre todo el diente, lo protege y lo fortalece. Si te faltan uno o varios dientes, un puente puede rellenar el hueco. Estos arreglos no son como las antiguas dentaduras postizas de hace años. Hoy en día, tu dentista trabaja con laboratorio de coronas y puentes para crear fijaciones a medida con materiales como la cerámica dental, que tienen el mismo aspecto y tacto que sus dientes reales.

Para los dientes que faltan, la mejor opción es un implante dental. Se trata de un poste de titanio que actúa como una nueva raíz del diente y que se corona con una bonita corona de aspecto natural. Conseguir que tu boca vuelva a estar sana es el paso más importante. Detiene el ciclo de bacterias y dolor. Protege tu cuerpo. Así que, si ya tienes problemas, acude al dentista. Hay esperanza y existen soluciones fantásticas.


Aspectos clave que conviene recordar

    • El sangrado de las encías no es normal. Son el primer signo de enfermedad de las encías y una advertencia que debe tomarse en serio.
    • La enfermedad de las encías permite que las bacterias entren en la sangre. Desde allí, pueden viajar hasta el corazón, el cerebro y otros órganos importantes.
    • Existe una clara relación entre las enfermedades de las encías y las cardiopatías. El dolor causado por las bacterias bucales puede dañar las arterias.
    • Puedes prevenir las enfermedades de las encías. Cepillarse los dientes correctamente durante dos minutos dos veces al día y usar hilo dental a diario son sus herramientas más poderosas.
    • Visite regularmente a su dentista. Las limpiezas y revisiones profesionales son una inversión muy importante en la salud de todo su cuerpo, no sólo de su boca.
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