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Llevo mucho tiempo escribiendo sobre salud. Pero hay cosas que no se aprenden en un libro. Las aprendes a base de vivirlas. Recuerdo que una mañana me desperté y tenía un dolor agudo y molesto dentro de la mejilla. Hacía que mi café pareciera lava caliente y desayunar era un suplicio. Seguro que a ti también te ha pasado. Esa horrible sensación suele deberse a algo llamado estomatitis. Es una gran palabra para referirse al dolor y enrojecimiento de la boca, pero no dejes que el nombre te ponga nervioso. Este artículo te lo explicará todo. Repasaremos qué es, por qué la padeces y, lo más importante, qué puedes hacer para sentirte mejor y volver a disfrutar de tu vida y de tu café.
Empieza por algo pequeño. Puede que sea un pequeño punto doloroso que notas con la lengua. Intentas no pensar en ello, pero no puedes. Pronto, ese pequeño punto se convierte en una verdadera llaga. Duele. Y mucho. Es ese dolor agudo y persistente que te da escalofríos cuando intentas comer, beber o incluso hablar. De repente, tu comida picante favorita es un no-go. Ese vaso matutino de zumo de naranja parece ácido. Te concentras muchísimo en ese pequeño punto que se ha apoderado de todo tu día.
Esto no es sólo un pequeño problema. Es algo frustrante y doloroso que puede estropearte la vida. Puedes saltarte comidas con amigos o ponerte de mal humor con la familia porque siempre te duele algo. Te sientes fatal y lo único que quieres es que desaparezca. Si esto te suena a algo por lo que has pasado, no eres el único. Yo he pasado por eso, y millones de personas más también. Esto por lo que todos pasamos tiene un nombre, y conocerlo es el primer paso para solucionarlo de verdad.
Dejémonos de ciencia. Estomatitis es sólo una palabra médica elegante para el enrojecimiento y la hinchazón dentro de la boca. Piensa en ella como un nombre general, como "dolor de cabeza". Un dolor de cabeza puede deberse al estrés, a no beber suficiente agua o a otra cosa. Lo mismo ocurre con la estomatitis. El síntoma es el dolor, el enrojecimiento y la hinchazón de la boca, pero las causas pueden ser muy diversas. Puede aparecer en las encías, en el interior de las mejillas, en la lengua o en la parte superior de la boca.
Básicamente, la piel blanda del interior de la boca se irrita y se enfada. Esto provoca enrojecimiento, hinchazón y, a veces, dolorosas llagas. Es la forma que tiene tu cuerpo de agitar una bandera roja y decir: "¡Eh, algo no va bien aquí!". La buena noticia es que la mayoría de las veces no pasa nada. Pero saber cuál es la causa del problema es la forma de solucionarlo, y eso es lo que vamos a ver a continuación.
Sí, y conocer la diferencia es importante. Aunque estomatitis es el nombre principal, hay algunos tipos comunes con los que probablemente te encuentres. Los dos principales son las aftas y el dolor de boca por dentaduras postizas, que se denomina estomatitis relacionada con dentaduras postizas. Las aftas son las clásicas llagas dolorosas que aparecen de la nada.
La estomatitis relacionada con la dentadura postiza, como puedes suponer, es frecuente en las personas que llevan dentadura postiza. Suele aparecer como enrojecimiento e hinchazón de la piel justo debajo de la dentadura. También hay otros tipos, como la estomatitis herpética, causada por el virus del herpes simple (el mismo virus que provoca el herpes labial). Pero para la mayoría de las personas que tienen un dolor de boca cualquiera, suele tratarse de una de las dos primeras. Veamos cada una de ellas con más detalle.
Ya sabes de las que hablo. El nombre elegante es "estomatitis aftosa". Son esas pequeñas llagas redondas de color blanco o amarillo en el centro con un anillo rojo alrededor. Aparecen en las partes blandas de la boca, como dentro de los labios, en las mejillas o debajo de la lengua. Lo primero que hay que saber es un gran alivio: las aftas no se contagian. No se contagian por besar a alguien o compartir una taza.
¿Cuál es su causa? Ésa es la gran pregunta. Los médicos no tienen una única respuesta, pero sí algunas ideas. Algunas de las causas pueden ser una pequeña herida en la boca, como morderse la mejilla por accidente o un rasguño con los aparatos de ortodoncia. Para otras personas, el estrés y el cansancio son razones de peso. A mí me salían continuamente durante los exámenes finales de la universidad. Algunos alimentos, como las naranjas, las fresas o el chocolate, también pueden provocarlos en personas sensibles. A veces, se deben a que no consumes suficiente hierro, vitamina B12 o ácido fólico.
Si llevas dentadura postiza y la parte superior de la boca está roja y dolorida, es posible que tengas estomatitis relacionada con la dentadura postiza. Se trata de un problema muy común, pero mucha gente lo soporta porque cree que es normal llevar dentadura postiza. Pero no es así. El problema es que la boca es un lugar cálido y húmedo, el hogar perfecto para un tipo de germen llamado Candida. Cuando las dentaduras postizas no se limpian bien o las llevas puestas todo el día y toda la noche, este germen puede crecer demasiado, lo que provoca una infección por hongos en la piel de debajo.
La frustración es real. Te has puesto una dentadura postiza para mejorar tu vida, para comer y sonreír. Ahora son ellas las que te causan todo este dolor y enrojecimiento. Puede parecer una gran decepción. Pero hay una solución clara. El primer paso es una buena limpieza. Esto significa que tienes que quitarte la dentadura postiza por la noche para darle un respiro a tu piel, y sumergirla en un buen líquido limpiador. Y lo que es más importante, una dentadura postiza que no encaja bien puede empeorar el problema. Si tu dentadura postiza roza y crea zonas doloridas, es más fácil que se produzcan infecciones. Esta es una señal de que puede necesitar un nuevo conjunto, hecho a la derecha por un profesional **.laboratorio de prótesis removibles** para asegurarse de que se ajustan perfectamente y sientan bien.
Las aftas y los problemas de dentadura son los motivos más comunes, pero no son los únicos. Tu boca es sensible y muchas cosas pueden estropearla. A veces, el problema es algo físico. Un diente afilado roto o incluso un empaste áspero pueden rozarte la mejilla o la lengua y producirte una llaga que no desaparece. Es como tener una piedra en el zapato, pero en la boca.
Otras causas pueden venir de lo que te metes en el cuerpo. Se sabe que algunos medicamentos, sobre todo los de la quimioterapia, provocan llagas en la boca. Las reacciones alérgicas a los alimentos o incluso al dentífrico, como el lauril sulfato sódico (SLS), pueden causar problemas. Las enfermedades que afectan a todo tu cuerpo, como la enfermedad de Crohn, la celiaquía o los problemas autoinmunes, también pueden tener la estomatitis como síntoma. Hay muchas razones posibles, por eso es tan importante prestar atención a tu cuerpo y ver si hay un patrón.
Es una pregunta que me hacen todo el tiempo y que preocupa mucho a la gente. Seamos claros. Los tipos más frecuentes de estomatitis -las aftas y la estomatitis relacionada con la dentadura postiza- son no atrapar en absoluto. No se pueden contagiar a nadie. Están causadas por una inflamación o por cosas que suceden justo en tu boca, no por un bicho que puedas contagiar.
Pero hay un tipo de estomatitis que *puede* contagiarse. Se llama estomatitis herpética y procede del virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1). Este es el virus que causa el herpes labial. Si tienes pequeñas ampollas de agua que se convierten en costras, sobre todo alrededor de los labios, probablemente se trate de un herpes labial, y es muy contagioso si alguien lo toca. ¿Cuál es una buena regla a seguir? Si tienes una úlcera que dura más de dos semanas, es muy grande, te impide comer o beber o tienes fiebre alta, es hora de ir al médico o al dentista. No trates de lidiar con ello sin más.
Cuando te duele mucho la boca, quieres sentirte mejor, y lo quieres ya. La buena noticia es que hay algunas cosas sencillas que puedes hacer en casa para que te duela menos y para que tu boca se cure. Estas son las primeras cosas que deberías probar. Lo primero y más fácil es un simple enjuague de agua tibia con sal. Sólo tienes que mezclar media cucharadita de sal en una taza de agua tibia, enjuagarte la boca durante 30 segundos y escupirla. La sal es un limpiador natural y puede aliviar la inflamación.
Otra buena idea casera es hacer una pasta con un poco de bicarbonato de sodio y agua y aplicarla directamente sobre la llaga. Puede que te escueza un segundo, pero puede ayudar a equilibrar los ácidos y hacer que duela menos. Cuando te duela, mantente alejado de alimentos que la empeoren. No comas nada picante, salado, ácido (como tomates o zumo de naranja) o crujiente (como patatas fritas o pan duro). Limítate a comer alimentos blandos y naturales, como yogur, puré de patatas y batidos, hasta que te sientas mejor.
Si las cosas de casa no funcionan, es hora de pedir ayuda a un profesional. Tu dentista o tu médico tienen más formas de ayudarte a sentirte mejor. Después de examinar tu boca para averiguar por qué te ocurre, pueden darte algunos remedios. En el caso de las aftas más graves, pueden darte un enjuague bucal especial para mantener la boca limpia o un gel anestésico para aliviar el dolor y que puedas comer. Incluso pueden darte una crema especial para que te la pongas en la llaga y así calmar la inflamación y ayudar a que se cure antes.
A veces, el remedio consiste en solucionar el problema principal. ¿Rechinas los dientes por la noche? Este roce constante puede causar llagas. Una solución sencilla es un protector bucal hecho a tu medida. Tu dentista puede tomar un molde de tus dientes y hacerte uno cómodo a un precio especial de **.protector nocturno laboratorio dental**. O puede que el problema sea físico. Un diente afilado o una corona en mal estado pueden seguir rozándote la mejilla. Tu dentista puede limar esas asperezas. Si el problema es la corona, puede que te diga que necesitas una nueva de un buen **.laboratorio de coronas y puentes** que use material suave que no te moleste en la boca.
Sentirse mejor es estupendo, pero evitar que vuelva a aparecer es aún mejor. Detenerla consiste en hacer que tu boca y tu cuerpo estén sanos. Empieza por mantener la boca bien limpia. Esto significa cepillarse los dientes con un cepillo suave dos veces al día y utilizar hilo dental todos los días. Si te salen muchas llagas, piensa en utilizar una pasta de dientes sin SLS.
Además de limpiar, fíjate en tu vida. Dado que el estrés es una de las principales causas de estrés para muchas personas, encontrar buenas formas de afrontarlo -como el ejercicio, la meditación o simplemente dedicar tiempo a un hobby- puede marcar una gran diferencia. Presta atención también a lo que comes. Asegurarse de ingerir suficientes vitaminas del grupo B, hierro y ácido fólico puede ayudar a detener las llagas que se producen por no tener suficientes vitaminas. Y, por supuesto, acudir al dentista para revisiones periódicas es muy importante. Pueden detectar y solucionar pequeños problemas, como un diente afilado o un empaste áspero, antes de que se conviertan en problemas grandes y dolorosos.